Ante todo pedir disculpas ayer no puede escribir nada pues tuve un día de perros, con esto de que me voy de vacas tengo que dejarlo todo masticadito al jefe y me hacen quedarme más tiempo del debido, incluso ayer oí decir por ahí que no me deberían dejarme ir tanto tiempo de vacas,¡¡¡lo que faltaba¡¡pues si tan indispensable soy que me suban el sueldo no? digo yo vamos¡¡¡
Bueno empecemos que ya me he liberado, ayer como hacía unos de esos pocos días de calor y buenos para la piscina, el titi como está de vacas se llevó al nene a la susodicha y una servidora se fue a currar (ya me falta menos dios¡¡¡).
Al llegar de la ofi (que salí a las 16.30 mardito mardito jefe...) me vi al nene con la rodillita toda rojita e hinchadita y con un rasponazo y llamé al titi, él nisiquiera se había dado cuenta y el nene tan pancho. Por lo visto se lo había hecho en la piscina de bebés al arrastrarse pues hay una zona rugosilla y se habría puesto a gatear por allí.
Comí (a las 5 que fatiguita) y nos fuimos para el centro comercial pues hacía ya demasiada calor y al nene no lo iba a llevar dos veces a la piscina. Aprovechamos para comprar ropita al enano que en el H&M están super baratillas y me encantan y en el Zara, y yo un bikini que aún tengo el de preñá y sobra tela por tos laos (anda ya hablo como los de aquí jajaja). Al volver compré mecromina para la heridilla. Hay que decir que el nene se llevó toda la santa tarde protestando y llorando, odio cuando se ponen así pues no tengo ni idea de lo que quieren, bueno miento...quiere gatear. Ya ves tú al niño en el centro comercial revolcándose por todo el suelo lleno mierda, así tiene la ropa vamos. En cuanto lo cojías para ponerlo en la silla se revolcaba como las lagartijas, vamos insoportable. Al llegar a casa lo bañamos pero le pasa una cosa super extraña, en otros post he contado lo que le encanta el baño, pues ahora me lo veo sentado serio y de repente coje y mete la cara en el agua, claro como es lógico se pone a llorar del susto, pero a partir de ahí era como si le escociera estar en el agua, se ponía de pie y si lo sentabamos se levantaba como si le doliera algo, el agua estaba templada vamos que no quemaba, y me dió por mirar la rodillita y pensar que a lo mejor le escocía.
Lo sacamos y empezó la lucha del secado, después de pelear un rato se calmó y procedimos a la curación de la santa rodilla. Aquí ya nos quedamos a cuadros, mientras nos esperabamos que el niño se pusiera a dar saltos de dolor, el padre le ponía el agua oxigenada y el niño como si ná, y eso que salia espumilla de esa de la herida, le pusimos la mecromina y listo. El niño con tó la rodilla rojo san fermín (que apropiado) y al padre que le dió por ponerle mecromina a los pequeñitos arañazos que tenía por la pierna pues pa verlo, todo lleno de manchas rojas (ocurrencias del titi) y él tan contento.
Bueno ya me quedan tres diítas...
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