El sabadito que hacía bueno nos fuimos a tomar unos pinchos al centro, y mi nene como no para quieto y solo quiere gatear en una de estas que coje supervelocidaddelaluz, se le resbala la mano, se le va el cuerpo para delante y va a parar con la boca al suelo, ¡¡¡¡¡¡¡¡aaaalaaaaa¡¡¡¡¡¡¡¡¡ todo el labio roto y con un río de sangre que pa qué te voy a contar, el nene llorando, todo quisqui mirando y yo con la criaturita que no tenía consuelo, resultado: labio hinchado, sofocón del niño y postilla que te crió.
En casa no hay que decir más que se ha comido literalmente todas las esquinas comibles y por comer, y todo va al mismo sitio, al labio de la pupita...
Los barrotes de la cuna están todos abollados o desconchados, no hay ninguno vivo, si es que este niño es de cabeza dura, en todos los sentidos imaginables.
Además me dá a mi en la nariz que seguro que en la guarde están tan asalvajados como el mío que viene llenito de arañones, moratones y bocados...
Creo que como siga este ritmo o bien se me queda un niño de escayola permanente o me quedo directamente sin niño...
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