Eran las seis en punto de la madrugada
se abren unos ojillos relucientes
a las seis de la madrugada
sus tiernos labios buscan su consuelo perdido
a las seis de la madrugada
lucha ficticia con su conejito "tito"
a las seis de la madrugada
otros ojillos se abren con menos resplandor y más ojeras
a las seis de la madrugada
se escucha un lamento enmudecido
a las seis de la madrugada
y un crujir de huesos al andar sobre el suelo
a las seis de la madrugada
se abren las puertas del dormitorio del infante
a las seis de la madrugada
de nuevo se escucha ese lamento callado
a las seis de la madrugada
disposición para reponer el consuelo perdido
a las seis de la madrugada
se escucha sibilinamente unos pequeños pasos en el pasillo
a las seis de la madrugada
y un llamar maternal que susurra al viento ( y a la puerta)
a las seis de la madrugada
se escucha de nuevo ese lamento enmudecido
a las seis de la madrugada
crujir de huesos al andar sobre el suelo
a las seis de la madrugada
y salta el corazón de ambos cuerpos
a las seis de la madrugada
duermete niño que es muuuu temprano y no es hora de ver la tele....
a las seis de la madrugada
si es que no puede ser, no puede ser....
a las seis de la madrugada
más ojeras se añaden a estos ojos cansados
a las seis de la madrugada
más lamentos se unen a esta boca irritada
a las seis de la madrugada
más crujir de huesos se escuchan en la profundid de la noche
¡ay que terribles seis de la madrugada¡
¡eran las seis en todos los relojes¡
¡eran las seis en la oscuridad de la madrugada¡
Bueno, después de este homenaje a mi manera a nuestro Federico García Lorca, decir que hoy cumple mi bebé cinco mesecitos de linda vida, cómo pasa el tiempo madre mía¡¡ mi bebé bonito¡¡
jajajaja que graciosa con el poema!! jejeje
ResponderEliminarEres una artista, con poema y todo! jajaj
ResponderEliminarAnimo guapa, que el sábado ya está aquí mismo.
Un besito.
me siento totalmente identificada, con el crujir de huesos y con las ojeras!
ResponderEliminarMenos mal que se les quiere con locura!