Al frente el comandante O., Mini-mini para los amigos.
Temperatura: calentita, se está bien para estar el pelotilla picá
Rumbo: desconocido, por ahora me dejo llevar, después ya veremos...

Noto que puedo utilizar mis extremidades inferiores para saltar dentro de la burbuja amniótica en la que me encuentro, y cada vez que lo hago escucho a la portadora nodriza reir y asustarse al mismo tiempo, eso me chifla..
Tengo una especie de cuerda que me conecta con la burbuja amniótica desde la barriga, creo que me da sustento alimenticio, de vez en cuando me sirvo del líquido calentito del que estoy envuelto, pero sabe un poco a pis, no sé porqué, con lo que le pido mentalmente a la portadora nodriza (a partir de ahora la llamaremos mamá, para simplificar los términos) bocadillos de chorizo y sobrasada, pero me da en la nariz que hasta que no se haga la luz en el tunel misterioso no podré tomar nada diferente, cachis¡¡
Según mis fuentes informadoras el miércoles tendré una visita no invasiva con ultrasonidos donde se me examinará de forma exhaustiva todos los órganos corporales, estoy planeando algo para boicotear dicha introspección, ni en mi burbuja tengo privacidad, ya me tendrán mu visto cuando pueda deshacerme de estos enseres uterinos.
Lo que más me tiene intrigado es una pequeña presencia de vocecita de pito que escucho a cada momento y noto que a "mama" la pone a veces de los nervios, a veces la hace sonreir y otra veces preocupada.Creo que es un inquilino anterior de esta burbuja amniótica que ha logrado escaparse de este cautiverio, espero averiguar la forma en que lo hizo jejeje. Espero hacerme amigo suyo si logro dicha fuga para que me cuente más secretos del mundo exterior.
Otra presencia que noto, con voz un poco más grave, es la de "progenitor", que últimamente tiene a "mama" más nerviosa de la cuenta con sus caras de pedos y artimañas de maruja amargada varias, que no se da cuenta que puede perjudicar la salud y el mantenimientos de este interior corporal atemporal.Ya me vengaré en forma de vómitos y cacas malolientes encima del susodicho, para que aprenda.
Se despide: el navegante amniótico.